23:15
No sabía como decirlo sin que un nudo se atravesara en su garganta. Las ideas y las palabras se arremolinaban y sabía a ciencia cierta que al final terminaría por bajar la mirada sin decir lo que quería decir.
- Eso, hija, me piro. Cojo nuevamente la mochila y me voy a rodar los caminos. Todos los caminos llevan a Roma, y cualquiera cogeré. A modo de consuelo soltaría un, en invierno volveré. Como el almendro, diría casi sin voz, y esbozaría una sonrisa paliativa que no surtió el efecto deseado. Al contrario pudo ver como sus ojos se llenaban de tristeza y su carita de incertidumbre.
- ¿Cómo le harás?, preguntaría casi sin voz.
- Como lo he hecho siempre, vivir al día.
- ¿Y la comida, el alojamiento, el autobús, los asaltos?
- Salame, una bolsa de dormir, el pulgar, un cuchillo.
- Estas loco.
- Puede que sí - respondería él- pero visto lo visto no tengo otra opción.
- No te vayas, a mi no me importa .
- Debo hacerlo, no es por ti niña, es por mí que lo hago. Así como llegué aquí un día furtivo, así dejo la paz de tu casa y la calidez de tu compañía. El mañana es completamente incierto, pero ¿quién tiene comprada la vida?. ¿Recuerdas esa canción?
- Por favor no me vengas con eso ahora.
- Es verdad, así me siento y por eso me voy. Volveré te lo prometo.
Cuando escuchó la llave en la cerradura fingió ver la televisión, como si la tormenta estuviera lejos, muy lejos de esa confortable sala . Mientras ambos preparaban la cena el soltó una frase que sonó como una piedra.
- Te escribí un correo, léelo cuando esté dormido.
- Eso, hija, me piro. Cojo nuevamente la mochila y me voy a rodar los caminos. Todos los caminos llevan a Roma, y cualquiera cogeré. A modo de consuelo soltaría un, en invierno volveré. Como el almendro, diría casi sin voz, y esbozaría una sonrisa paliativa que no surtió el efecto deseado. Al contrario pudo ver como sus ojos se llenaban de tristeza y su carita de incertidumbre.
- ¿Cómo le harás?, preguntaría casi sin voz.
- Como lo he hecho siempre, vivir al día.
- ¿Y la comida, el alojamiento, el autobús, los asaltos?
- Salame, una bolsa de dormir, el pulgar, un cuchillo.
- Estas loco.
- Puede que sí - respondería él- pero visto lo visto no tengo otra opción.
- No te vayas, a mi no me importa .
- Debo hacerlo, no es por ti niña, es por mí que lo hago. Así como llegué aquí un día furtivo, así dejo la paz de tu casa y la calidez de tu compañía. El mañana es completamente incierto, pero ¿quién tiene comprada la vida?. ¿Recuerdas esa canción?
- Por favor no me vengas con eso ahora.
- Es verdad, así me siento y por eso me voy. Volveré te lo prometo.
Cuando escuchó la llave en la cerradura fingió ver la televisión, como si la tormenta estuviera lejos, muy lejos de esa confortable sala . Mientras ambos preparaban la cena el soltó una frase que sonó como una piedra.
- Te escribí un correo, léelo cuando esté dormido.
4 comentarios
Perro Callejero -
Salud(2)
Goreño -
pokito -
salud
(y el correo qué diría...)
NOFRET -
Un gusto empezar a leerte.